La radio, seductora y constructora de ciudadanía.
Nuestra sociedad se expresa a través de un fenomenal proceso comunicacional que es la radio, por eso es necesario de cierta manera conocer, como un recurso alternativo; su performance, su constitución, funcionamiento, su recepción radiofónica y conocer su utilización en su beneficio ya que puede ser un gran recurso para encaminar a una sociedad con deficiencias integradoras como la muestra y buscar así poder contribuir a la formación humana a través del análisis de sus contenidos radiales y en su crítica en tanto su sostenibilidad sea óptima y apueste a generar espacios de participación ciudadana y de opinión pública. Pero, en la actualidad, ¿la radio participa en ello? Es claro que el lenguaje construye realidad. Lo que decimos, lo que nombramos existe, toma cuerpo y con el lenguaje comprendemos lo que es. Por ello, cuando agregamos un apellido a la radio, de inmediato sabemos que estamos definiendo un tipo, un estilo de emisora y que, dependiendo de éste, inferimos cuál será su programación y como nos sirve en el consumo radial. Podemos hablar de radio musical, de radio noticiosa, de radio magazine, entre otras. Pero ¿Qué sucede cuando hablamos de Radio comunitaria?, ¿cuál es su misión?, ¿por qué tienen importancia en la expresión de grupos diversos?La radio es sólo sonido, sólo voz. Pero una voz triple: La voz humana, expresada en palabras. Voces de locutores, de animadoras, artistas, periodistas, entrevistadoras y entrevistadas. La voz de la naturaleza, del ambiente, los llamados efectos de sonido. Porque en el mundo, además de mujeres y hombres, también habla el viento y el mar. Hablan los animales, chirrían las puertas. Aguza los oídos y escucharás a tu alrededor todo un escenario sonoro. Y la voz del corazón, que se expresa a través de la música. Melodías tristes y alegres, temas que pacifican y otros enervantes. Músicas con guitarra, con flautas o con tambores. No hay más. Estos son los únicos ingredientes en la cocina radiofónica. La creatividad al combinar y recombinar estos tres elementos producirá los diferentes formatos.

Para forjar una personalidad en la radio, también debemos de tener una adecuada relación con el entorno, a esto le podemos llamar, cultura. Aplicada al lenguaje, no debemos de usar palabras técnicas, en los medios de comunicación masiva, el lenguaje sencillo resulta ser el más culto, por decir, más adecuado con el público al cual nos dirigimos.
Al hablar de lenguaje radiofónico nos referimos a la estructura de la radio, una estructura fantástica. Una buena prenda alborota la imaginación, una buena radio sugiere buenos oyentes. Un buen comunicador tiene que desarrollar una actitud de empoderamiento. Debe usar el lenguaje activo, un lenguaje sencillo con el que nos podemos expresar en cualquier lugar de la ciudad, por otro lado, también es correcto usar un lenguaje pasivo, puesto que, nunca es malo que los receptores oyentes aprendan algo nuevo de vez en cuando, de alguna forma educamos a aquellos que nos sintonizan. Frente al micrófono el locutor debe aprender a reírse, dejar corretear al niño que lleva dentro, perder el miedo al ridículo y evitar las falsedades. Debe aprender a la vez a evitar el ruido, que puede darse por la mala señal o por una mala pronunciación por parte del emisor, generando la incomprensión del mensaje. Un comunicador siempre tendrá que ser inclusivo con la ciudadanía, ciudadanía es aquella persona que es activa en su comunidad, que participa de cada actividad que fomente la mejora de su comunidad.
La radio no solo debe ser escuchada, también debe ser oída. A su vez, las personas detrás del micrófono deben tener la capacidad de escuchar. “(…) Kaplún: La verdadera comunicación no comienza hablando, sino escuchando. La principal condición de un buen comunicador es saber escuchar” (Vigil, 2005, p.35). Al saber escuchar podremos aplicar un lenguaje correcto, persuasivo y así, reafirmar la confianza de nuestra audiencia. Si generamos confianza, generamos autoestima y ese es un punto de inicio para la construcción de una ciudadanía. Las emisoras con responsabilidad social asumen un reto: lograr ampliar la voz de quienes no son escuchados, de quienes el eco de su voz se fue perdiendo en el tiempo. Que hagan que la radio sea parte de su día a día, de sus luchas. Que sin miedo a ser callados impongan su lenguaje, sus mensajes, sus creencias. Que se conviertan en altavoces andantes y prediquen su palabra. Hablamos de las radios comunitarias.
Hay que recordar que existen dos tipos de radios, una regional o nacional y otra local o comunitaria, se necesita de aquellas dos, puesto que con la nacional podemos ver la realidad de nuestro país, observarla, conocerla y poder juzgarla, y por otro lado la radio comunitaria o local y es esta la que nos ayuda a ver los problemas internos y tratar de obtener soluciones a tales, también, se mejora el autoestima de una comunidad, puesto que todos se expresan y se sienten identificados con su lugar de desarrollo.
Las radios comunitarias suponen una democratización de la radiofonía. Sin embargo, no todos aquellos que desean hacer un programa de radio pueden acceder a una formación profesional. Cuando una radio promueve la participación de los ciudadanos y defiende sus intereses; cuando responde a los gustos de la mayoría y hace del buen humor y la esperanza su primera propuesta; cuando informa verazmente; cuando ayuda a resolver los mil y un problemas de la vida cotidiana; cuando programas se debaten todas las ideas y se respetan todas las opiniones; cuando se estimula la diversidad cultural y no la homogenización mercantil; cuando la mujer protagoniza la comunicación y no es una simple voz decorativa o un reclamo publicitario; cuando no se tolera ninguna dictadura, ni siquiera la musical impuesta por las disqueras; cuando la palabra de todos vuela sin discriminaciones ni censuras, esa es una RADIO COMUNITARIA, la que lucha por que la voz de todos sea escuchada.
Estas radios, comparten un objetivo general que es la transformación de la realidad social para dar lugar a sociedades justas e igualitarias, pese a la discriminación y alejamiento de parte de las autoridades que estas viven hasta el día de hoy. Pero las características concretas de su accionar(el tipo de programación, las relaciones con sus audiencias, las actividades no radiofónicas que realizan) dependen de los contextos en los que se encuentran. Las diferencias también están dadas por el campo que cada proyecto elige para trabajar. Algunas radios son un medio educativo y otras trabajan sobre todo sobre la agenda informativa. Algunas están vinculadas con los intereses de los sectores que sufren la desigualdad económica y viven en la pobreza. Otras ponen el acento en las desigualdades producto de las diferencias de género y trabajan para que las mujeres tengas condiciones de vida equitativas a las de los hombres.
Democratizar las comunicaciones supone construir espacios en lo que los lugares de emisión y la recepción sean intercambiables. En este sentido, no hablamos únicamente de abrir los micrófonos para que todos puedan hablar. El verdadero desafío es la generación de espacios en los que los intercambios permitan desencadenar procesos de transformación social. No se trata únicamente de "dar voz a los que no tienen voz". Abrir los micrófonos para que la comunidad pueda expresarse a través de ellos es solo el comienzo ya que la comunidad pueda expresarse a través de ellos es solo el comienzo ya que lo que está realmente en juego es la descentralización de la capacidad de comunicarse, es decir la descentralización de la esfera de lo público. Las radios no deben sustituir los espacios de toma de desiciones, los espacios de la política, en los que los ciudadanos deberían insertarse para influir verdaderamente en la organización social. En todo caso, de lo que se trata es de promover, a partir de estrategias comunicacionales, la consolidación de una programación que se adecue a las necesidades de la audiencia radial.
Entonces, la democratización de la palabra pública, implica en un primer término generar condiciones que garanticen el acceso y la participación de todos los ciudadanos y sectores sociales a los medios de comunicación. Democratizar las comunicaciones supone construir espacios en lo que los lugares de emisión y la recepción sean intercambiables. En este sentido, no hablamos únicamente de abrir los micrófonos para que todos puedan hablar. El verdadero desafío es la generación de espacios en los que los intercambios permitan desencadenar procesos de transformación social.

LINKOGRAFÍA:
- La comunicación mediatizada: hegemonías, alternatividades, soberanías
- La radio como medio publicitario
- Descargar PDF: La comunicación mediatizada: hegemonías, alternatividades, soberanías
- Perú: Comunicadores indígenas fortalecerán movimiento de radios comunitarias
Milagros,
ResponderEliminarHay aciertos adecuados, pero la forma de los contenidos y su jerarquización puede seguir un mejor tratamiento.