AUTOR
Milagros del Pilar Piscoya
Velásquez
RESUMEN
El presente escrito reúne
información acerca del proceso de cambio por el cual ha pasado el periodismo en
Latinoamérica desde la década de los sesenta hasta pasar por la globalización,
después del cuál la labor del periodista ya no se presenta como algo minúsculo.
La forma de narrar la notica dio un giro, ya no solo se presentará de una forma
objetiva, sino que se verá envuelta en una esfera de agilidad, de dinamismo y
vivacidad. Es así que empieza la búsqueda para que la voz, la naturalidad y la
credibilidad del periodista radiofónico se impongan ante los receptores, usando
la seducción y sus conocimientos previos sobre los hechos de actualidad.
INTRODUCCIÓN
El periodismo en Latinoamérica, a
lo largo de los últimos años ha sufrido grandes cambios. Se ve influenciado
tanto por factores internos (Formación, condiciones laborales, prácticas
asociativas y características personales del periodista), como externos
(Fenómenos sociales, sistemas económicos y políticos). Y a su vez, por agentes
intermedios como: las escuelas de periodismo y comunicación. Los medios desde
siempre han dirigido su oído hacia la sociedad y han escuchado las necesidades que se han desarrollado a lo largo del tiempo. Las nuevas
tecnologías han puesto en riesgo la labor del periodista como comunicador e
informante de la actualidad. Ante esto, se encuentra sometido a nuevas formas
de poder llegar a su audiencia y ya no solo basándose en las antiguas reglas
del periodismo imperante y entre una de ellas está la narración. La forma de
narrar es la forma para que la prensa sobreviva a los embates que ha traído
consigo la globalización y ésta irá de la mano de la mano con la voz, material
importante para todo radialista en lograr su objetivo de ser escuchados.
DESARROLLO DEL TEMA
Uno de los primeros problemas que
surge a la hora de estudiar el periodismo y al periodista en Latinoamérica es
lograr definir el marco estructural común que lo(s) define. La estructura
social de América Latina se ha caracterizado, en primer lugar, por rupturas
institucionales de sus sistemas políticos nacionales, ya que la democracia no
ha sido permanente y sus inestabilidades han resultado en diversas
intervenciones militares, las cuales han frenado los impulsos de desarrollo
dentro del periodismo, su formación y estudio. Desde los sesenta se vio un
claro avance en el desarrollo de sus procesos educativos, siendo influenciados
por la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la
Ciencia y la Cultura) y el CIESPAL (Centro Internacional de Estudios Superiores
de Periodismo para América Latina), aunque este último pese a que en un
comienzo pareció seguir el modelo de educación americano vinculado al
entrenamiento de habilidades prácticas, pronto comenzó a enfatizar el
acercamiento académico más que el profesional y de vocación, generándose una
integración de los saberes, centrada en la perspectiva científica social de los
estudios de comunicación, bajo influencias estadounidenses y europeas.
En la década del setenta, la
libertad de información se vio fuertemente limitada y la prensa se caracterizó
por su parcialidad, superficialidad y por la censura que se hacía de las
situaciones sociales que cuestionaban las dictaduras existentes. Asimismo,
muchos periódicos y medios de comunicación fueron intervenidos y clausurados
por las fuerzas militares, mientras centenares de periodistas eran exiliados de
sus países, algunos incluso torturados y asesinados. Sobre esta base, la
formación de periodistas en la región debió superar distintas barreras para su
supervivencia, como fue el caso del cierre o la intervención de diversas
escuelas del periodismo en Latinoamérica.
Los años ochenta fueron escenario
de profundos cambios geopolíticos y económicos, gracias a diversas
negociaciones que culminarían con el derrocamiento de los regímenes
dictatoriales, muchos de ellos, liderados desde el exterior. Producto de esta
tendencia a la democracia, el rol del periodismo comenzó a ser más complejo que
la simple relación entre gobierno y prensa. Ya en la década de los noventa se
comenzó la creación de programas de periodismo, para algunos la aparición de
una prensa más libre, sociedades más plurales y con mayores oportunidades
económicas. Aunque los cambios hechos en años anteriores fueron beneficiosos,
también se vio el creciente desempleo y la pobreza, dos aspectos que
contribuyeron a un clima de corrupción y violencia, un ejemplo de esto fue la
desaparición de diarios y revistas. Para los años posteriores el cambio fue
mayor, con la existencia de un monopolio de los medios y el nivel de poder y
eficacia en los colegios y asociaciones profesionales, se ha logrado defender
las necesidades, deberes y derechos de esta actividad, pero en Latinoamérica
las precarias condiciones de trabajo y la libertad de prensa aun presentan
secuelas.
A pesar de esto, muchas emisoras
latinoamericanas han sabido asumir su responsabilidad social y su capacidad de
movilización en situaciones extremas donde se atentaba gravemente contra la
democracia. En esta última temporada, no podemos dejar de mencionar a dos
emisoras que han jugado un papel destacado a favor de la estabilidad de sus
respectivos países. Radio Fe y Alegría fue la única voz independiente en el
dial venezolano que desenmascaró la supuesta renuncia del presidente Hugo
Chávez el 11 de abril de 2002. El golpe de estado, fraguado con la directa
complicidad de los grandes medios de comunicación, se revirtió en apenas 48
horas gracias a la valiente movilización popular. Radio Pachamama, en la ciudad
de El Alto, Bolivia, transmitió en directo bajo los helicópteros, en medio de
la balacera, y jugó un papel protagónico durante la llamada Guerra del Gas, en
octubre 2003, cuando los movimientos sociales expulsaron al presidente genocida
Gonzalo Sánchez de Losada.
Con la irrupción de la
globalización, la red y lo digital ha conquistado también la comunicación. El
periodismo profesional debe saber adaptar sus discursos a las características
del nuevo entorno para la comunicación pública y cambiar la forma de
relacionarse con su audiencia. En la actualidad, se ve obligado a competir con
el resto de ciudadanos en el ejercicio de informar, formar y entretener a otros
ciudadanos, y no puede sino tratar de seguir siendo relevante y necesario para
la sociedad a través de opiniones bien argumentadas, a través de la
credibilidad que pueda trasmitir y de la reputación que sea capaz de mantener.
De lo contrario, otras personas, no necesariamente periodistas, asumirán este
rol; y tampoco lo harán necesariamente por dinero. Ante esto, el reto que tiene
por delante el periodista no es irrisorio; en primer lugar aprender a escuchar,
si se tiene algo interesante que aportar involucrarse en la conversación que ya
está teniendo luego fuera de los medios de comunicación tradicionales, fomentar
desde sus propios sitios el debate y animar a la participación, contribuir a la
superación de las distintas brechas digitales, ayudar a la educación de los
ciudadanos en valores cívicos y por último convertirse en un referente para una
comunidad de usuarios.
Recordemos que la información
hace medio siglo era terreno abonado solamente para el periodismo objetivo, ese
mismo en que la voz del periodista quedaba sepultada bajo las cifras, datos,
testimonios y nombres que contenía un artículo determinado. Tanto así, que la
estructura narrativa de las agencias de prensa se convirtió en la “regla de
oro” para una correcta redacción noticiosa, la cual está basada en la ya
conocida “pirámide invertida”. Por los años de 1966 Tom Wolf hablaba de la
necesidad de darle un giro al periodismo tradicional. Hace más de 50 años ya
existía la inquietud de los periodistas en Norteamérica de presentar a los
lectores una propuesta distinta. Cuando el hombre pisó la luna, pudimos
contemplar tal hazaña pegados a nuestros enormes televisores en blanco y negro
que más parecían unos ataúdes con patas. Esas imágenes marcarían una época en
el periodismo: se empezó a “mostrar” el hecho. Años después, la televisión a
color, el uso del satélite para optimizar la señal y permitir más canales, la
innovación de los formatos radiales y la aparición del Internet, hicieron que
el mundo deseara una información siempre más ágil, dinámica, vivaz y
representativa. Tomás Eloy Martínez señala que la única forma para que la
prensa sobreviva, es la narración.
La narración es el gran reto del
periodista moderno y no solo en el estrecho campo de la prensa escrita. La
televisión y la radio también ponen en juego sus técnicas narrativas para ganar
adeptos, llegar fácil al público, crear conciencia, ganar prestigio y
credibilidad. En otras palabras, los medios están viviendo hoy una guerra sin
cuartel promovida por lo mediático, por lo masivo, por el cómo, cuándo y por
dónde se transmitirá el mensaje. Hoy el periodista que quiere perdurar en la
memoria colectiva, debe ser aquel que sepa enfrentar estos nuevos retos, que,
al ser testigo de un hecho, o conocedor de alguna situación, piense si,
efectivamente, esa situación puede ser contada de una manera distinta. La
representación, el arte de dibujar con palabras un hecho, de exponer a los ojos
del lector una situación mostrándosela a él como si la estuviera viviendo, es
una de las fórmulas que sí funcionan en el periodismo del siglo XXI. Pero creer
que todo puede ser narrado es también un riesgo. El periodista deberá evaluar
qué sucesos pueden ser pasados por una óptica diferente y cuáles deberán seguir
inmodificables porque se correría el riesgo de verse forzado, o lo que es
peor, que el periodista termine haciendo el ridículo.
En la radio, la voz resulta ser
el recurso tan preciado para la narración. Tanto que el manejo de la voz sigue
siendo el principal medio de expresión del mensaje en los medios informativos
radiofónicos. Es por eso que el manejo de la locución podría garantizar la rápida
asimilación del oyente porque será la que ilustre y enriquezca por medio de
imágenes mentales para una mejor comprensión.
Una escena bien representada dentro de cualquier género periodístico
vale más que decenas de párrafos oscuros y pesados, por eso la voz del
periodista debe ser aceptada por el lector con naturalidad, sencillez y
claridad. Sin estas tres cualidades, cualquier intento de narración podrá
conducir al fracaso.La voz transforma en mágica la
forma de narrar, la reviste de evocación, la convierte en ilustradora de
imágenes mentales. Se transforma en el enlace con el oyente, en el puente que
materializa la comunicación con la audiencia, en el hilo invisible que conduce
las informaciones. Como ésta es su importancia, debemos entonces tomar en
cuenta cuáles son las cualidades al hablar por radio que ante al oyente
resultan más agradables. Emplear un tono grave para narrar la noticia crea
lazos de comunicación más cercanos con el oyente, además transmiten mayor
credibilidad, madurez y seguridad, por eso resultan válidas para crear
ambientes íntimos, para programas serios o nocturnos y entonces, de manera
especial, para los programas informativos. En cuanto al timbre se prefieren
siempre las voces con resonancia y presencia, claridad y dulzura. Otras
características a tener en cuenta, que complementan a la voz, por ejemplo, es
la entonación y el acento con el que se transmite el mensaje, una adecuada
variación tonal de manera natural puede despertar la atención del oyente, al
igual que una correcta remarcación de aquellas palabras que resultan claves a
la hora de narrar el mensaje. Además de mantener un ritmo acorde y velocidad moderada
pero que sufra variaciones acordes con el contenido del discurso informativo,
la realización de pausas en los lugares estratégicos y una pronunciación que
compagine la naturalidad y la fluidez con la corrección articulatoria.
CONCLUSIONES
El periodismo en Latinoamérica ha
tenido un progreso muy grande a través de los años, su historia en particular
ha sido influencia por agentes extranjeros que no han sabido desarrollar una
estructura y modelo adecuado para la zona, dejando de lado la realidad y
generalizando los hechos. Por este motivo el periodista busca como informar y
relatar los hechos acontecidos en su territorio, fijando sus intereses,
teniendo en cuenta lo que acontece y como se puede contar.
La política ha intentado censurar
a los medios de prensa a lo largo de la historia latinoamericana. Sin embargo,
este le brindó el impulso para vigilar y denunciar el poder cuando sea mal
administrado en cualquiera de sus facetas. Inclusive la radio sigue siendo capaz
de poder denunciar abusos que atenten directamente a la democracia.
La voz será un factor de igual
valor de relevancia que la narración, dado que ambas irán acompañadas una de la
otra, hasta el punto en el que la voz necesitará ser idónea para contar las
situaciones a través del estilo que la narración disponga para poder atraer al
oyente sin ningún esfuerzo.
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WEBS:
https://www.radiofeyalegrianoticias.com/
https://www.radiopachamama.com/